En la mayoría de las cosas de segunda que suelen verse en los miles de blog que tratan este tema -incluido el vintage- se muestran artículos usados en muy buen estado, casi perfectos, cuando no perfectos. Eso sería, siempre, lo ideal y lo más fácil. Pero resulta que el gran mérito está en conseguir un patito feo y convertirlo en un hermoso cisne. Hablo de encontrar algo en muy mal estado y tener el ojo experto para saber que debajo de esa aparente fealdad se esconde una belleza absolutamente rescatable. Para lograrlo hace mucha falta la experiencia de quien puede ver la exquisitez escondida en lo que está en mal estado y, principalmente, hace falta una buena dosis de sensibilidad.
Hay personas, que sin necesidad de esa experiencia, nacen con ese don, pero son pocas. En mi hija Eva fue un don que demostró desde muy niña y la experiencia sólo vino a perfeccionarlo. En mi caso, yo diría que soy el resultado de ambas cosas: el don y la experiencia. Todo lo que Eva y yo sabemos sobre los artículos de segunda, lo terminamos de completar en los muchos garage sale que realizamos juntas. Esa fue nuestra puesta de largo en el mundo del vintage, tanto en el vestir como en la decoración. El garage sale es una experiencia que Rosalba no conoce, pero tiene en sus venas el gusto por los objetos y ropa de segunda y por los mercadillos que -al momento de publicar este post- debe estar recorriendo en Madrid.
Lo que se aprende en un garage sale es de un gran valor a la hora de intentar que los que no están ganados para comprar algo de segunda, se animen. Algún día haremos un post sobre un garage sale ya que en España poco, o nada, se entiende este maravilloso concepto muy usado y puesto en práctica en nuestra América.
EL ANTES
Fui, lo vi, me gustó y lo compré a pesar de lo mal que se veía. Lo vendían unos viejitos franceses porque se mudaban a otra ciudad. Él, psiquiatra retirado y ella, muy guapa y agradable. La "venta" -así se le dice comúnmente a los garage sale que se realizan en Venezuela- la realizó Taty, una vendedora con muchos años de experiencia en garage sale. Junto con el sofá estaban dos poltronas del mismo estilo. A ambas las voy a vender...
... y una mesa -ésta hace parte del juego de sofá y poltronas- que los viejitos franceses cubrieron torpemente con papel adhesivo. Esa mesa -en venta desde ya- parece un banco o un pie de cama. Es preciosa en su estado original (sin el papel que la recubre en la foto) pero nunca la restauré. En otro post les coloco la foto de esta mesa tomada de una revista de decoración.
LA RESTAURACIÓN:
1- Los tubos metálicos, plateados, debieron ser cromados de nuevo y quedaron perfectos.
2- Se cambio toda la goma espuma y otros detalles imprescindibles en un mueble -que no se ven porque los cubre la tela- y cuyo nombre no recuerdo porque son materiales de uso exclusivo de los tapiceros, nombres no comunes para nosotros.
3- Se colocó tela de tapicería nueva. Para hacerlos más acordes con los años 60, se usó la misma tela que se utiliza para tapizar muebles de oficina. Ese tipo de tela se llevó mucho en años 60 y la llevan también los muebles daneses.
4- La estructura de madera fue lo único que se conservó intacta porque esa estructura es la que determina la forma y ésta no se alteró ya que el tapicero había visto el sofá antes de ser desarmado para la restauración. La estructura de madera viene a ser el esqueleto de un mueble. Lamentablemente no tengo fotos de esos "huesos".
EL DESPUÉS
No vayan a creer que ese sofá es el único patito feo que he llegado a poseer. Tanto en mi armario, como en muebles y objetos de decoración tengo muchos, ahora convertidos en bellos cisnes. Algunos los rescaté de un final triste porque estaban en la basura, en el más absoluto abandono y hoy forman parte de la decoración de mi piso. Unos se venderán y otros -como el caballo de hojalata- van a terminar sus días en el piso de Eva en Barcelona. Después les contaré cómo conseguimos este caballo. Lo bonito de las piezas de segunda es que tienen pasado y, por lo tanto, tienen historia. Al caballo lo encantramos Eva, su padre y yo. Por esa razón lo hereda Eva y no Rosalba
Junto con el caballo se puede ver una obra de mi madre -Los paraguas- y la paleta que usaba para pintar. Recuerdos que enriquecen mi decoración. Un día un amigo me dijo: "En esta casa no se esconden los recuerdos". Hoy en día no hay tantos recuerdos a la vista y jamás coloco portarretratos porque no me gustan. Los veo en todas las casas y no los soporto
Detalle de la cabeza del caballo de hojalataLo que sí se irá conmigo son mis libros, infaltables compañeros de vida. Algunos de colección como una edición especial de la obra completa de Henrik Ibsen, el autor de Casa de Muñecas. Se trata de una lujosa edición limitada, que sacó la editorial Aguilar, cuando se cumplieron 100 años de la famosa obra de teatro, a finales de los años 70. Ese libro no es de segunda y no lo será nunca porque lo heredarán mis hijas.
TEXTO Y FOTOGRAFÍAS DEL SOFÁ YA RESTAURADO: Carmen
FOTOGRAFÍAS DEL SOFÁ SIN RESTAURAR: Rosmira
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